Las personas residentes disfrutaron de jornadas de baño, paseos a la orilla del mar, juegos en la arena, actividades de ocio y una amplia gama de actividades veraniegas.
Cabe destacar la colaboración de las administraciones locales, que nos facilitaron dos sillas acuáticas con las que mejoró la accesibilidad a la playa en los días que estuvimos, así como la atención siempre estupenda del personal del albergue en el que nos alojamos.
Llegamos tan contentos… ¡que solo pensamos en volver!