La opción de comprar un coche de segunda mano es una interesante alternativa de ahorro, aunque entraña ciertos riesgos. Los coches baratos, muy equipados y con pocos kilómetros, en definitiva los chollos, difícilmente caerán en nuestras manos. La compra a un particular permite conseguir mejor precio, ya que, al ser una transferencia entre particulares, se evitan las comisiones que siempre se lleva un profesional. En caso de elegir esta opción, es fundamental hacer revisar el vehículo por un mecánico de confianza, ya que hay que tener en cuenta que la normativa relativa a garantías no es aplicable en estas transacciones. Si adquirimos el coche de segunda mano a una empresa, el precio puede ser mayor que en el caso anterior (el margen de ganancia del vendedor), pero tendremos a cambio las garantías legalmente establecidas. Como para todo producto no nuevo, el establecimiento vendedor debe ofrecer una garantía mínima de un año. La oferta de garantía por tiempo superior a éste puede ser un aliciente añadido para decantarnos por un establecimiento u otro. El precio Para calcular el valor aproximado de un vehículo, es interesante revisar las tablas de valores estadísticos publicadas por las revistas especializadas. Pero son sólo orientativas: muchos factores influyen en el valor de un coche usado, y además cada vendedor es libre para fijar los precios. Revisar antes de comprar Tanto si compramos el coche a un particular como si tratamos con una empresa, es importante contar con el asesoramiento de un experto, un mecánico de confianza que revise todos los componentes del vehículo (carrocería, motor, transmisión, posibles fugas de líquidos). Además, el libro de mantenimiento nos dará información respecto a las revisiones efectuadas y el taller actuante. También conviene cerciorarse del estado administrativo, acudiendo a la Jefatura Provincial de Tráfico para asegurarse de que no tiene cargas pendientes (multas, embargos, etc), los dueños y usos que ha tenido. El contrato de compra-venta Deberá incluir, como mínimo, los siguientes datos: 1º.- Identificación completa del comprador y el vendedor 2º.- Identificación del vehículo y sus características (marca, modelo, matrícula, nº de bastidor, etc.) 2º.- Precio y forma de pago (si se da una señal debe quedar reflejado). 3º.- Otras estipulaciones que se estimen convenientes (documentos acreditativos de haber pasado la ITV, impuesto de circulación al día, cargas, gravámenes, responsabilidad del vendedor por averías, deficiencias o defectos existentes). 4º.- Fecha y firma de las partes que intervienen. La documentación debe estar completa y en buen estado. Asegúrese de que el vendedor aporta el permiso de circulación, el justificante del pago del impuesto sobre vehículos del año en curso y la ficha de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).