Etiquetado energético de los neumáticos

  El mantenimiento del vehículo es uno de los capítulos destacados dentro de nuestra economía familiar, sin olvidar nunca nuestra seguridad y la de las personas que nos acompañan en él. De esta forma, nos gusta evaluar cuidadosamente dónde repostamos combustible, a qué taller especializado acudimos para realizar las revisiones o reparaciones y, cómo no, qué ruedas compramos y dónde.


La elección de las ruedas para nuestro vehículo no debe realizarse únicamente en función de su precio. Un elemento de seguridad tan importante debe ser evaluado antes de comprar teniendo en cuenta factores tan decisivos como puede ser la adherencia en suelos mojados.


Para facilitar al consumidor referencias objetivas a la hora de adquirir los nuevos neumáticos para su coche o moto, el día 1 de noviembre de 2012 ha entrado en vigor un Reglamento del Parlamento Europeo que establece la exigencia del etiquetado de los neumáticos en función de su eficiencia energética. La finalidad de esta nueva etiqueta es aumentar la seguridad y la eficiencia económica y medioambiental del transporte por carretera mediante el fomento del uso de neumáticos que sean eficientes en términos de consumo de carburante, seguros, y que presenten bajos niveles de ruido. Además, este nuevo etiquetado permite al consumidor elegir con conocimiento de causa en el momento de la compra de los neumáticos.


El sistema de etiquetado establecido para los neumáticos es muy similar al destinado a los electrodomésticos, marcando niveles que van desde el color verde, identificado con la letra A, que indica el nivel de mayor eficacia, hasta el color rojo y letra G, que marcará en su etiqueta los neumáticos con menor tasa de aprovechamiento de los recursos, y por lo tanto menos eficientes. Esta escala de colores y letras nos indica dos características de suma importancia, una desde el punto de vista de la economía y el respeto con el medio ambiente, y la segunda, considerando la seguridad del vehículo.


La etiqueta energética de los neumáticos incorpora una primera columna, en la que se presenta el pictograma de un surtidor de combustible, que nos indica el nivel de eficacia respecto al consumo de carburante, y una segunda columna que nos indica el nivel de adherencia del neumático al suelo mojado, representado por el pictograma de una nube lloviendo. Por último, bajo estas dos columnas, aparece un indicador del nivel de ruido ocasionado por el neumático, mediante un pictograma en el que figuran tres ondas sonoras. La rueda será más silenciosa cuantas menos ondas tenga en negro.


De momento, solo están exentos del cumplimiento de esta regulación los neumáticos destinados a los todoterrenos y a los coches de competición.
Además de elegir el neumático más eficiente para nuestro vehículo, no debemos olvidar que debemos verificar periódicamente el estado de desgaste que presenta, así como su nivel presión. Circular con presión inferior a la indicada por el fabricante en los neumáticos disminuye la duración de los neumáticos, aumenta el consumo de combustible y la distancia de frenado, reduce la adherencia al asfalto del vehículo e incrementa el riesgo de aquaplaning, lo que echa en saco roto todos nuestros esfuerzos a la hora de elegir el neumático más seguro y eficiente, por mucho que hayamos estudiado y comparado la información aportada por el etiquetado.