Fechas: Sábado anterior al martes de Carnaval
Información general
Está referenciado en Mascaradas de la Península Ibérica, de Óscar J. González y goza de amplia repercusión en diferentes medios de comunicación. El Antruido se ha recuperado desde el año 2009 confirmando la tradición oral celebraciones de principios del siglo pasado, 1922/25, en Pedrosa del Rey, también de modo similar en Siero de la Reina, Burón, La Puerta, Liegos, Horcadas, Carande, Tejerina, Anciles, Las Salas o Soto de Valdeón. Cuentan los abuelos de la zona, que cuando eran niños les ponían una melena de las de uncir las vacas en la cabeza, un abrigo y un cinturón con cencerros y se iban con los mozos a correr el Antruido, en el que los más mayores llevaban pieles, cencerros y vejigas del gocho (llamadas zambombas) colgando.
El sábado anterior al martes de carnaval desde 2009 y el martes de carnaval en sus inicios, los aproximadamente 25 zamarrones y otros personajes (vieja, oso, domador, seis damas de antruido, caballo, herrero, soguero, preñada, ciego, toro y torero), que se identificaban con el nombre de la Mojiganga, salen por las calles de Riaño con estruendo de cencerros y asustando a los más pequeños. Por la mañana visitan un pueblo próximo y antes de comer se recorren los bares en candonga (fiesta). Se comparte un cocido de arvejos (guisantes) y al oscurecer, la Mojiganga -desfile de unos cuarenta personajes-, se dirige por las calles de Riaño hacía la hoguera, simulando que se trata de una choza incendiada y por eso tradicionalmente se conoce como “quemar la choza”, sin que se conozca muy bien el motivo. Alrededor del fuego se disfruta del chocolate y los frixuelos, siempre con la compañía de la música, si bien no hay bailes como tal más allá de los saltos de los mozos e integrantes de la comitiva.
Después, los mozos y rapaces piden por las casas, entonando canciones propias del momento, lo que se denomina “pedir la Choza”. La recaudación solía incluir alimentos, principalmente chorizos, huevos morcillas, etc., hoy se consigue dinero con el que se organiza otra merienda.
Gran parte de la información disponible sobre esta tradición se basa en la prodigiosa memoria de cuatro longevos del territorio, que describen con asombrosa minuciosidad cada uno de los disfraces. La vieja solo utiliza el negro para su vestimenta, se adorna con una aceitera y una rueca como símbolos de una benefactora diosa madre de la naturaleza. El zamarrón combina blusona blanca o parda de lino con pantalón pardo o negro bombacho, zamarra de piel de animal, polainas, zapatillas, madreñas. Lleva la cara tiznada de negro o con máscara de cartón o cuero o pieles de animal y cuernos naturales. Lleva un turullo o cuerno de vaca para tocar y una vejiga de gocho inflada para golpear a los viandantes, y a la cintura varios cencerros. Se entendían como la personificación de los antepasados que se manifestaban para beneficiar a la comunidad. La influencia del cristianismo trasladó a estos personajes la consideración de diabólicos representantes de simbologías malignas. El torero con camisola blanca de lino, enaguas blancas, polainas de piel, faja roja, pañuelo rojo al cuello y capirucho en forma de cono blanco, con cintas de colores en la parte trasera que le caen sobre la espalda. Lleva un palo para azuzar y dirigir al toro. El torero es un armazón de madera cubierto con telas viejas, y rematado con una cabeza de toro con cuernos naturales y pieles. Encima se coloca la figura de una vieja vestida de negro. Simboliza la virilidad y la fertilidad. Su misión es embestir a las mozas. Las damas de Antruido, pueden ser mujeres u hombres travestidos, llevan vestido con manteo rojo, mandil blanco, mantón negro y pañuelo de flores a la cabeza, cubriendo la cara con una red para no ser reconocidos. El oso, reproducido como tal, es el símbolo del mal, muy temido por los ganaderos. El ciego lleva ropa vieja, capa negra, sombrero y una porracha y máscara que simula los ojos en blanco, representa el personaje literario popular del Medievo. La preñada es un hombre que se viste de mujer simulando una gran tripa, en la que mete la figura de un zorro hecha con piel de ese animal. Otro símbolo de fertilidad.
Todos los elementos necesarios para los disfraces los realiza la Asociación Montaña de Vadinia. Y las representaciones de los diferentes personajes (los mismos que lo hacían en Pedrosa del Rey hace cien años, con la única excepción del domador del oso), se eligen sin sorteos, por acuerdo de todos los participantes de modo voluntario.
Organiza: Asociación Cultural “Montaña de Vadinia” de Riaño