Fechas: Noviembre, consultar
Información general
Asegura el narrador y poeta Hernán Alonso en la Colección Raíces, que la historia del magosto en El Bierzo podría comenzar en la época de los romanos como tradición pagana, aunque también parece acreditado que el consumo de castañas asadas estaba ya en la dieta de los hombres primitivos. Desde entonces hasta hoy, esta expresión popular ha sido la protagonista de fiestas, cuadros, poemas, canciones, libros y un largo etc. de creaciones culturales, especialmente en los pueblos de la comarca del Bierzo.
El mismo autor expone la teoría de que el magosto tuviera idéntico origen geográfico que el castaño, Asia, tras la invención del fuego que posibilitó también la ampliación de los menús en la alimentación que proporcionaba la naturaleza. Alonso denomina este proceder como magosto de necesidad, que se prolongó en nuestras tierras hasta muy avanzado el siglo XX. El rito era repetitivo, aunque se estableciera alguna variante de utensilios, a la luz del candil se colocaba la trébede en el fuego y sobre ella una simple lata agujereada donde depositaban las castañas “triscadas”, es decir, con una pequeña hendidura, a las que había que dar vuelta de vez en cuando. Las diferentes generaciones de la familia, se reunían alrededor de la lumbre y el alimento.
El magosto heredado, ha añadido el carácter festivo y ha traspasado los límites de la reunión estrictamente familiar. Las castañas se asan en tambor, casi siempre metálico, agujereado y girando sobre un eje central. La bota de vino, también rueda entre los asistentes, porque como relata Hernán Alonso, cada dos bullós (castaña asada y pelada), trago de Dios. Chorizos y otros manjares, con canciones y bailes completan la fiesta. En cuanto al lugar de celebración, la variedad incluye las bodegas; los colegios que, incluso han institucionalizado la tradición; o los espacios al aire libre, el escenario más popular del magosto. La fecha más arraigada es la tarde del primer día de noviembre, festividad de Todos los Santos. También Concha Casado, dedicaba en su libro Ciclos festivo y vital, referencias a las castañas “mamucas” cocidas con hinojo y nébeda, que se tiraban el primer día de noviembre desde la torre de la iglesia, como muestra de agradecimiento de las ánimas a sus devotos. Asimismo, se define esta costumbre, el magosto, como los banquetes de los vivos en recuerdo de los muertos.
Los preparativos conforman otro grato ritual de convivencia: la recogida de leña y cualquier material natural que posibilite el fuego sobre el que, una vez retiradas las llamas, se asarán las castañas entre las brasas ajustándose al procedimiento más tradicional. Otra variedad de asado, es extender los frutos en el suelo y amontonar la leña encima, el crepitar de las castañas se convierte en otro sonido de la fiesta. El experto removerá las castañas con un palo largo y los famélicos se quemaran los dedos intentando pelarlas.
La tradición oral en Páramo del Sil, relata la celebración de tres magostos en el pueblo a mediados del siglo pasado, circunstancia que se modificó en 1961 al unificarse las tres citas en un solo evento fijado para el 2 de febrero, coincidiendo con la celebración de Las Candelas. Sin embargo, teniendo en cuenta que la cosecha se produce en los inicios del mes de noviembre, no siempre se podía mantener el fruto. Era realmente laborioso el proceso seguido para lograr la conservación del alimento en óptimas condiciones: recogiendo las castañas dentro de los erizos, se hacía un gran montón que se cubría con escobas verdes que, de vez en cuando, se humedecía, se removía y se volvía a tapar de nuevo. A pesar de tal trabajo las duras condiciones del invierno en muchos casos, estropeaban la cosecha por lo que recuperaron la fecha tradicional de celebración de los magostos, noviembre.
Organiza: Ayuntamiento de Páramo del Sil