Fechas: 15 de agosto
Información general
Esta romería centenaria, anterior al siglo XIX, tiene lugar cada 15 de agosto. La ermita de Fombasallá, cubierta por la sombra de tres enormes “pradairos” o arces, incluidos en la relación de árboles singulares de El Bierzo, se localiza a unos 20 km de Villafranca del Bierzo a más de 1.200 metros de altitud, en la Sierra de Ancares declarada por la UNSCO, Reserva de la Biosfera.
La advocación de Fombasallá, podría significar “fuente muy allá, muy lejana”. David Gustavo López opina que pudiera tratarse de una palabra de origen germánico con el sencillo significado de “Fuente de agua”. La virgen así identificada se vincula, según algunos testimonios, a la leyenda de las siete hermanas que peregrinaban a Santiago de Compostela. Embelesadas por la belleza del territorio resuelven descubrirlo y se pierden por diferentes enclaves. Finalmente, decidieron quedarse en la comarca leonesa y las personas que encontraron a las siete hermanas, acordaron levantar una emita en el lugar que estaba cada una de ellas. Así se justificaría el origen de la emita de Fombasallá.
La romería, con gran tradición de fieles y devotos a la virgen comienza con la llegada de algunos romeros a la campa en la que tendrá lugar, varios días antes de la celebración. La víspera de la fiesta miembros de la Cofradía (creada en 1982 y sostenida por más de trescientos cincuenta cofrades), romeros, devotos y participantes, engalanan a la virgen, la rodean de velones y comienzan los rezos y peticiones, pues es conocida por la cantidad de deseos que concede. La música armoniza la noche previa al gran acontecimiento, en el que participan cercanos y forasteros.
Al desarrollo de los actos de las romerías tradicionales hay que añadir una peculiaridad desconocida en otros encuentros religiosos, “el manteo”. Se trata de un ritual pagano en el que se lanza al aire, desde una manta sujeta por varias personas, a todos los que suben por primera vez a la romería. No hay posibilidad alguna de evitarlo. No se conserva hoy la costumbre de “bautizar” al manteado con un ramo de escobas, planta vinculada a los buenos augurios.
A continuación, misa mayor en la que las mujeres sacan en procesión a la virgen de Fombasallá junto a San Roque. En el camino se encontrarán con la virgen de las Nieves que asciende desde la localidad de Cela y terminarán juntos la procesión. La comida, la música y el regreso de las imágenes a sus puntos de partida, dan por finalizada una celebración impregnada todavía con cierto halo de ritos ancestrales, que hacen de ella una de las más profundas y auténticas de El Bierzo.
Curiosas por infrecuentes, resultan algunas muestras como la del culto continuado a la virgen de Fombasalla de, al menos, un día al mes durante todo el año. Las vueltas de rodillas que algunos ofrecidos dan alrededor de la imagen, el beso del manto –en él dejarán prendido algún donativo- y el encendido de velas que es costumbre hacer por cada encomendado de la familia, en la creencia de que la velocidad con la que éstas se consuman determinará la duración de su vida. Y también la recogida de alguna vela alargada al término de la celebración, para encenderlas durante las tormentas y evitar los posibles daños.